jueves, enero 12, 2006

TERRA LÍMBICA

Cuando el Papa anunció la eliminación del limbo me acordé de algunos personajes de la vida pública, cuyos nombres prefiero omitir, y sentí auténtica compasión por ellos. Dónde irán a partir de ahora, si dejan el plano terrenal, siendo carne de limbo como son, me pregunté. Eso me ha tenido preocupado unas semanas. Pasadas las cuales he descansado, al comprobar que los buenos oficios del Presidente Camps han debido conseguir que en nuestra Comunidad se instale la única franquicia vaticana del limbo que queda vigente. De un hombre de su talante y de alguno de los componentes de su gobierno era lo menos que podíamos esperar.
Si el limbo no está en esta aquí, díganme cómo es posible que, con la que está cayendo, el Presiente de esta Comunidad no tenga nada que decir a los valencianos, ni una acción, ni una cautela que tomar. Que su posición ante la situación por la que atraviesa su partido y la imagen de la política en esa Comunidad, sea el silencio místico y la inacción, ¿es de estar en el limbo, o no?
A Fabra le siguieron los alcaldes millonarios, de sopetón, en del sur de Alicante, la confirmación del nido de perversión del IVEX, el estallido de Terra Mítica y, no se asusten, más que van a venir. Tiempo al tiempo. Transparencia dixit
Con una inversión de dinero público en Terra Mítica, que el Consell declara del 20%, como si eso fuera una propina, y que tanta falta hace en los servicios públicos. Con altos directivos imputados en presuntos delitos, de lo más antiguos y deplorables: asociación para defraudar impuestos, maquinación para alterar el precio de las cosas, e incluso para cobrar el precio sin haber servido la cosa y, ahora, evasión de capitales a Suiza, como en tiempos de los nuevos ricos franquistas. El Presidente, por boca de sus consellers, se limita a decir que Terra Mítica es también una víctima de esos delitos, y que sus, en otro tiempo, altos directivos, también lo son. Mientras tanto un Camps, Gerardo, se limita a cubrir las espaldas de uno de los imputados, Miguel Navarro, que se encuentra en estos momentos, ni más ni menos, ligado a las infraestructuras de la Ciudad de las Ciencias, más concretamente la Ciutat de les Arts. Y el otro Camps, el Presidente de todos los valencianos, se limita, seguramente, a preguntarse en silencio por qué le ha pasado esto a él, justo en el cargo en que más tiempo ha permanecido de cuantos ha tenido, y sigue en la inacción. Ni defiende el dinero de los valencianos esfumado de Terra Mítica, ni se plantea depurar responsabilidades políticas, ni toma medidas cautelares contra los que, estando imputados, siguen en cargos de responsabilidad en Grandes Proyectos, ni admite, ni evita, ni reprende, siquiera uno tan sólo de los casos de corrupción que se extienden por la Comunidad, carcomiendo a su partido, afectando emocionalmente a muchos de sus votantes, y perjudicando la imagen de los muchos cargos de su partido que, no sólo no son corruptos, sino que no pueden soportar por más tiempo esta situación.
Con las promesas del PP convertidas en mitos caídos: transparencia, limpieza, honestidad y lucha contra la corrupción que, por cierto, no se dio aquí nunca antes de la llegada del PP al poder valenciano. Esto es ya una constatación histórica. Ningún cargo público fue imputado o condenado hasta 1995.
Con una incapacidad manifiesta, no sólo para poder resolver esta desagradable y degradante situación, sino siquiera para poder pararla. Al PP y Camps sólo les queda ofrecernos una franquicia del limbo, de la que tendremos que salir tan pronto como nos den ocasión. Que con las urnas por medio nadie diga que no fue posible. La ocasión la pintan cuadrada y con una abertura en la tapa.
Andrés Perelló


(Despiece: Mientras la corrupción avanza Camps está en el Limbo)

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