lunes, mayo 22, 2006

¿QUE HAY DEL DINERO?

(Publicado en Las Provincias 21/05/06)

Hay que ver la de contradicciones que se han exhibido esta semana, y la de vaguedades que se han oído.

Me refiero, en toda su extensión, al Caso Terra Mítica que, con su envergadura y profundidad puede no ser más que la punta del iceberg de una forma de concebir la política, el poder y la administración publica. Vengo diciéndolo hace mucho, donde se impone la opacidad, el abuso de mayoría, y el sentido privativo de lo publico, lo menos que puede pasar son cosas como las que están aflorando. Pero lo realmente llamativo es la respuesta de algunos creadores de opinión, medios y, sobre todo, del partido en el Consell, el PP, por el esfuerzo que están haciendo frente a este caso, para intentar darle la vuelta a algo que no la tiene, haciendo una descarada demostración de parcialidad, de doble rasero, de doble moral y de impostura democrática, que como sociedad hemos de analizar, y a ser posible desterrar. Porque, que alguien que pueda conocer la posible comisión de un delito contra la hacienda publica, y lo ponga en conocimiento de la justicia, tal y como obliga la ley, y la ética al que la tenga, pueda ser tratado casi de delincuente, con todo tipo de argumentaciones jurídicas, acarreadas por analfabetos del derecho, y de más cosas, que no tienen empacho en impartir doctrina sin haber tenido en la mano jamás un código penal, o de otro tipo, no hace mas que situarnos en una sociedad con un evidente déficit democrático y ético, insostenibles.

¿Dónde están los perseguidores políticos y mediáticos de la corrupción en otros tiempos? ¿Dónde están los que venían a regenerar la vida pública con un Código Ético bajo brazo? Y, sobre todo, ¿Dónde está el dinero perdido en inversiones ruinosas y fastos a todo tren? O es que lo importante ahora, es si las grabaciones realizadas a quien cuenta la posible comisión de un delito son, o no, legales. ¿Tan sobrados vamos en dinero y en ética política que lo demás no nos importa? No digo que haya que acusar a nadie apriorísticamente, como no se ha hecho en este caso; poner en conocimiento de la justicia la posible comisión de un delito no es acusar, es colaborar con la transparencia y la salud de la política y de la administración publica. Pero sí digo, que un diputado, ante un supuesto delito, ha de cumplir con la obligación legal dos veces, como ciudadano, y como representante de los ciudadanos. Such y Camarasa lo han entendido así.

Si quienes votan permanentemente en contra de abrir investigaciones parlamentarias desde el primer atisbo de sospecha, y mantienen las cuentas publicas escondidas y las puertas de las empresas publicada atrancadas con un cerrojo de mayoría absoluta, se hubieran prodigado en ser lo transparentes que prometieron en las campañas electorales, ahora no estaríamos teniendo que grabar conversaciones, o abriendo webs de transparencia, para poder obtener por la vía de la colaboración ciudadana lo que es imposible obtener por la vía de las instituciones, que en esta Comunidad cada vez son menos democráticas.

Así que, menos números y menos justificar lo injustificable, y a hacer todos, y los que lo hicieron mediática y políticamente tiempo atrás, los primeros, un esfuerzo por exigir que se investigue, que se depuren responsabilidades, y que se responda a la pregunta: ¿Dónde está el dinero? Lo demás son fugas de responsabilidad, doble moral y servilismos, que desacreditan a quienes los practican, y descalifican políticamente, como futura oposición a quien los ejercen, el PP. ¿Con qué cara van pedir a un futuro Consell socialista lo que ellos niegan? Pero sobre todo nos empobrecen como sociedad y nos degradan como Pueblo. Menos cursiladas parlamentarias, menos enredos y a exigir las cuentas claras, y el voto bien reflexionado. Son medidas que no cuestan dinero y ayudan mucho a progresar.