sábado, julio 04, 2009

Comenzando en el Europarlamento

En Bruselas en junio amanece pronto y anochece tarde. Quizá por eso se determinó que las elecciones europeas fueran este mes. Hace falta mucha luz del día para iniciarse en las tareas de europarlamentario por primera vez. Las inmensas proporciones del edificio del Europarlamento son directamente proporcionales a las de la UE. Decenas de miles de metros cuadrados de pasillos, despachos, salas, salitas, y cristaleras, para albergar el trabajo de 736 parlamentarios, unos cuantos más en breve, miles de funcionarios, asesores, asistentes, traductores, todos ellos hablando en 23 lenguas. Todo lo necesario para representar la opinión y la voluntad de más de 450 millones de personas del continente más avanzado del mundo. La paz para siempre el primer objetivo, la seguridad, la libertad, la justicia y el bienestar social de todos ellos, el horizonte por el que se trabaja, o algunos dicen trabajar. La experiencia parlamentaria que se pueda tener vale de mucho, pero no lo es todo, el que llega aquí la primera vez necesita un plano para circular por el edificio y mucha orientación para transitar por los vericuetos que describen las distintas procedencias, ascendencias, ideologías y culturas humanas que conviven, unas veces, y confrontan otras tantas. Pocas veces en la vida tiene uno la ocasión de sentir y vivir tantas manifestaciones humanas y tan distintas sin salir del mismo edificio. En poco tiempo se asoman ante ti las mismas vanidades, inclinaciones, comportamientos y tics personales que en cualquier lugar donde los seres humanos se agrupan con cualquier finalidad, pero con la dimensión con que se manifiestan en la política que siempre tiene mayor envergadura que en el resto de facetas de vida. En eso no hay demasiada diferencia entre países. Para no sucumbir en los primeros días, cosa que de producirse en algún caso sería comprensible, se necesita un ejercicio de autoafirmación que pueda ayudarte a encontrar pronto el sentido de tu presencia en este nuevo escenario. Nada mejor que recordarse a sí mismo: “ estoy aquí porque así lo he aceptado, dispuesto a protagonizar cuantas acciones sean útiles para cambiar la realidad en aquellos aspectos que la considero injusta; también aquí debo decir lo que pienso, y hacerlo que diga, cumplir mi compromiso con las ideas en las que creo y sostenerlas frente a cualquier resistencia”. Posiblemente es fácil, o puede parecer obvio, pero realmente, en un momento político como el que vivimos y con un área como en la que se plantea la construcción de la UE, no es poco. Construir la Europa de los ciudadanos transformando la realidad y no permitiendo al reversión de los avances sociales habidos hasta la fecha ha de ser uno de los primeros objetivos de una izquierda hoy en la oposición, vamos a ver si somos capaces. De verdad vale la pena y es nuestra obligación como socialistas.