miércoles, julio 26, 2006

PIDO PERDON

(Publicado en Las Provincias 24/07706)

Camps no puede pedir perdón, pesan más los intereses electorales, el miedo a ser relevado del poder, el cierre de filas de su partido ante el temor a que la ciudadanía pueda despertar del letargo de la propaganda y darse cuenta de que, ni la vida, ni la política, son sólo mera fantasía, meros actos de grandeza inaugural y de publicidad sin contenido.

Camps debería pedir perdón: por el trato que su partido está dando, en Les Corts, a la tragedia del 3 de julio en el metro, por la obscenidad de su silencio, por la manipulación, está vez al límite del asco, que sigue haciendo Canal 9 con esta cuestión, por el uso perverso de la mayoría absoluta, por usar los votos conseguidos desde la buena fe de lo electores, para engañar a todos, a los que le votaron y a los que no lo hicieron…

Yo lo pido, en mi nombre y, si el president me lo permite, en el suyo. No me creo que no le haga falta alguna vez ser perdonado para poder seguir viviendo tranquilo. No pediría jamás el voto para él porque sé para que lo usa, pero puedo pedir perdón también en su nombre.

Por mi parte, lo pido porque durante la semana que viene voy a participar junto con mi grupo en una simulación de investigación que supone una falta de respeto a las víctimas de la tragedia del metro, una estafa a los ciudadanos, y una imagen deplorable de la política. Tenemos que ser parte, contraria, pero parte, en una de las manifestaciones mas pervertidas de la política, la que resulta de usar la mayoría absoluta para defender al poder frente a la razón de quienes lo sostienen con sus impuestos. Pero tenemos que hacerlo. Abandonar esa comisión sería dar la razón a los que la han montado para fingir que se investiga, cuando, con los tiempos, las herramientas y los procedimientos que se han dado, es imposible llegar a ninguna conclusión que se pueda sostener. Participamos de esta comisión porque no tenemos suficientes votos para que haya otra distinta, para que nuestra posición de llegar hasta el final en las causas, en las medidas de futuro para evitar nuevas tragedias, y en las responsabilidades políticas pueda realizarse.

Los votos mayoritarios los tiene el PP y se siente avalado por todos los que en su día le votaron. Así, son los votantes, según el PP, quienes avalan que en cuatro días de comparecencias seguidas y ocho horas hábiles se llegue a redactar unas conclusiones que puedan ser calificadas de sinceras y exhaustivas en su análisis y su propuesta. Esa es la perversión política de la democracia que hace que los ciudadanos, del pensamiento que sean, lleguen a abominar de la política y de los políticos. Esa es la causa de que algunos pidamos perdón por tener que estar ahí con la impotencia que supone no tener votos suficientes para poder demostrar que se puede hacer de otra manera, más respetuosa con los afectados y con toda la ciudadanía.

Hemos concluido una semana en la que Camps ha permitido a su grupo ejecutar una de las decisiones más vergonzosas de la democracia valenciana: tener la comisión de investigación más corta y con menos garantías democráticas, para investigar el accidente de metro más grande y grave de la historia de España. Y vamos a empezar otra en la que se va a materializar esa vergüenza, sin que el presidente de todos los valencianos manifieste desacuerdo con que su grupo sea incapaz de cumplir ni la totalidad del plazo que Les Corts aprobaron con el único voto del PP.

Cuando un presidente es incapaz de cumplir lo que él mismo propone, no es digno de seguir gobernando los destinos de un Pueblo que ha confiado en él. Que los valencianos os perdonen, pero que las urnas os lo reprochen como merecéis.