miércoles, septiembre 22, 2010

Biodiversidad Pleno 20/09/2010

Enlace que contiene el vídeo de la intervención en le Pleno del Parlamento Europeo de 20 de septiembre de 2010, defendiendo la politica de conservación de la biodiversidad y la necesidad de una Directiva del Suelo Europea
http://www.europarl.europa.eu/sides/getVod.do?mode=unit&language=EN&vodId=1285007941793

viernes, septiembre 17, 2010

¡VALENCIA,LEVANTATE Y ANDA!

Publicado en el Pais 16/09/2010

Si Cristo apareciera en la Comunidad Valenciana y viera a los que, igual presiden procesiones, que encabezan los Te Deum, se calzan tejas con ricas mantillas, que justifican la desaparición del dinero de todos los valencianos, encubren la corrupción, ocultan las cuentas al Parlamento, no pagan sus deudas y carecen de misericordia con los impedidos y los dependientes, se dirigiría a toda la multitud que habita esta Comunidad y diría: "Valencia, levántate y anda". O ¡Valencians en peu alceu-se!, si fuera valenciano. Es eso lo que necesita la Comunidad, despertarse y andar de nuevo para salir del colapso. No es ya lo despilfarrado, lo sustraído o el deterioro de los servicios públicos, es el mal ejemplo, la perversa pedagogía/ideología de socialización de la corrupción a la que nos ha llevado el PP de Camps,
"Si nos ponemos en pie y andamos, lo demás vendrá rodado. Hay mucha vida y esperanza tras el PP"
El trío Gürtel, Brugal, Fabra con el denominador común del cohecho con imputaciones que van desde el fraude y la revelación de secretos hasta el tráfico de influencias; son un ejemplo de superación de la berlusconización italiana
¿No es, de hecho, la famosa ley mordaza que quiso imponer Berlusconi una realidad en la práctica en Canal 9?
Es verdad que la narcotización que se ha intentado provocar con el ruido de potentes coches y el viento de las velas puede haber distraído la atención de los valencianos. Pero no es menos cierto que ya no hay excusa, que la evidencia es demoledora: o se acepta el despilfarro de lo público y la corrupción como conductas socialmente admitidas, o se rechazan con la fuerza de la democracia.
La ciudadanía no puede dar la espalda a la realidad, a la evidencia de que los dieciséis años del PP en la Comunidad suponen el mayor número de imputados por corrupción de la historia de la democracia valenciana. Lo que no sucedió en trece años de gobierno socialista de Joan Lerma. Ya se puede comparar. Es un hecho que la mayor parte de los políticos que fueron procesados durante la anterior legislatura por escándalos económicos volvieron a ser elegidos.
¿Qué ocurre? Es como si los valencianos hubieran dejado de creer en el poder de su voto y, por extensión, en la democracia.
Por eso, partidos progresistas, sindicatos, movimiento asociativo, intelectuales y, en general, toda la ciudadanía valenciana hemos de reflexionar, unir fuerzas y hacer sonar el despertador de la esperanza. Puede que algunos no hayamos hecho lo posible para evitar el desencanto del electorado de izquierdas, y hayamos quedado desorientados ante tamaño avance de la fuerza de la derecha más retrograda de España. Pero ya no hay lugar para el lamento.
Al igual que Berlusconi no debe ser la imagen de la historia de Italia (socia fundadora de la Unión Europea, cuna de Da Vinci, Pirandello o Darío Fo), el PP de Camps no pueden ocultar aquel País Valencià que acogió al Gobierno de la Segunda República, la de Vicente Blasco Ibáñez, la Comunidad de la Música -tan maltratada ahora-, la cuna de Miguel Hernández... Una Valencia liberal y laica, que sigue existiendo aunque esté adormecida o sencillamente cansada de la deriva del escenario político.
Las elecciones del mes de mayo nos van a otorgar una oportunidad para sacudir conciencias, explicar proyectos, y dignificar la política como elemento clave de transformación de la sociedad y no como una herramienta para el beneficio propio. Y sobre todo para poner delante de los valencianos las cuentas de la Generalitat en claro y con transparencia, para que todos sepan cuánto debemos, cuánto se ha sustraído, qué podemos hacer con lo que queda y a qué hemos de renunciar. Es necesario para la catarsis que la Comunidad necesita.
Quizás saber lo que conviene a los valencianos sea complicado, pero que el PP ya no conviene a esta Comunidad es muy evidente. Cualquier cosa sería ya mejor que el PP, y lo que hay enfrente, la alternativa socialista, cualquiera que sea su candidato, no es cualquier cosa.
Volvamos a la pedagogía y la dialéctica, frente al populismo de gente que se arropa en banderas para tapar los agujeros de la caja. Frente a opacidad transparencia, frente a hipocresía y doble moral, sinceridad, frente a confesionalismo, laicidad y libertad, frente a la manipulación, democracia informativa... Hay alternativa.
La sociedad valenciana ha de ser capaz de revelarse contra el "estás conmigo o contra la Comunidad Valenciana" que predica Francisco Camps, contra la identificación del PP como la imagen la Comunidad Valenciana y los valencianos. Contra esa rémora que suponen Camps y su Gobierno. Si nos ponemos en pie y andamos, lo demás vendrá rodado. Después del PP hay mucha vida y mucha esperanza.

Manipulaión en Canal 9 denunciada en el Parlamento Europeo

Este enlace contiene la intervención en el Parlamento Europeo en el debate sobre libertad de prensa y expresión en Europa, en el que denuncié la manipualción informativa en Canal 9


http://www.europarl.europa.eu/sides/getVod.do?mode=chapter&language=ES&vodDateId=20100907-21:03:07-528

sábado, junio 05, 2010

¡JESUS, ESTO VA A FUNCIONAR!

(PUBLICADO EN EL DIARIO "PUBLICO" viernes 4/06/2010)


Esta historia comienza hace más de 47 años, cuando una familia de Denver donó los órganos de su hijo recién fallecido para intentar salvar la vida de un niño de 3 años afectado de una estrechez congénita de las vías biliares; o hace 43 años, cuando Dénise Darvall donó sus órganos.

Y es que hace ya más de 47 años que el doctor Thomas Starzl realizó el primer trasplante de hígado en Estados Unidos, y 43 años desde que el doctor Barnard y el clandestino –para el apartheid– dr. Naki realizaron el primer trasplante de corazón en Suráfrica.

Pese a que estas dos primeras operaciones no fueron exitosas para los trasplantados, tanto la familia de Denver como Dénise Darvall habían abierto camino.

La ciencia ha avanzado a pasos de gigante desde entonces, y las palabras del dr. Barnard: “Jesus. Dit gant werk!” (“¡Jesús, esto va a funcionar!”) mientras miraba con incredulidad cómo latía el corazón que acaba de implantar, se diluyen hoy, afortunadamente, en la cotidianidad de las operaciones de trasplante.

Aun así, y en el momento de mayor avance en la investigación y práctica médica de la historia en la UE, 56.000 pacientes están a la espera de un donante de órganos, y se estima que cada día fallecen 12 personas esperando un trasplante.
Estos datos son más preocupantes si observamos la diferencia que existe entre los estados miembros en cuanto a índices de donación procedente de personas fallecidas, que oscila desde los 34,2 donantes por millón de personas (pmp) en España
y el 1,1 en Bulgaria. La media de la UE es de 18 donantes pmp.

Por este motivo, el Ministerio de Sanidad y la presidencia española de la UE asumieron como prioridad lograr una directiva sobre normas de calidad y seguridad de los órganos destinados a trasplantes. España intentaba de esta forma dar respuesta a los 56.000 pacientes que hoy continúan esperando.

De la mano de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y de su director Rafael Matesanz, el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo han dado forma a una directiva que se basa en implementar el reconocido modelo español en Europa.
Nuestro modelo se basa en la eficiencia de un gran sistema sanitario que busca la complicidad del paciente, la coordinación y la inversión en formación. Partiendo de estos puntos, la directiva se asienta en tres principios:

Autoridad nacional competente. La primera causa por la que se pierden donantes es por no detectar a las personas susceptibles de serlo. Un sistema adecuado de trasplantes se basa en unas instituciones responsables y en una infraestructura sólida para la obtención y el trasplante de órganos, de ahí que la directiva demande la creación o designación de una autoridad nacional competente en cada Estado.

Donación entre vivos. El recurso a los donantes vivos va afianzándose como alternativa, pues es imposible satisfacer únicamente con fallecidos la demanda de órganos. El incremento de este tipo de donación puede atribuirse a múltiples factores, tales como la presión que supone la escasez de donantes fallecidos, los avances quirúrgicos y la evidencia de los buenos resultados de los trasplantes. Además, la directiva contiene varias medidas para proteger a los donantes, entre ellas, la evaluación de su salud, la información sobre los riesgos, la creación de registros de donantes vivos para su seguimiento médico y reglas para garantizar la donación no retribuida y voluntaria de órganos.

Trazabilidad de los órganos. El anonimato sigue siendo una piedra angular, pero las autoridades competentes deben saber de dónde proviene el órgano, quién lo suministró y en qué circunstancias. La directiva contempla la creación de sistemas de trazabilidad que garanticen la plena identificación y seguimiento de los órganos, salvaguardando la salud de donantes y receptores.

El modelo español rompe, por tanto, con el mito de la solidaridad como fuente del éxito. Porque, como indican los datos de la ONT, no se trata de que los españoles seamos ni más ni menos solidarios en materia de donación de órganos, pero sí que tenemos el mejor sistema.

España ocupa desde 1992 –después de tres años de funcionamiento de la ONT– el primer lugar del mundo en donación de órganos y, en consecuencia, en trasplantes de la mayoría de ellos. Nuestro modelo, que se ha convertido en un referente indiscutido, es básicamente organizativo y de gestión, siendo el único que ha aumentado de forma ininterrumpida la donación en los últimos 20 años.

Esta directiva busca conseguir que la media europea se aproxime a la española. Allí donde un gobierno se ha planteado desarrollar un sistema organizado de transplantes como el español, las tasas de donaciones han aumentado de forma clara.
No podemos olvidar que con esta directiva, no sólo damos una respuesta sanitaria, sino que se va a transmitir un mensaje alto y claro en defensa de los derechos humanos, ya que sólo las instituciones públicas con prestaciones universales serán capaces de combatir el tráfico de órganos.

Con la aprobación de esta directiva, el Ministerio de Sanidad y la UE avanzan y progresan al mismo ritmo que lo hace la ciencia y con el mismo grado de voluntad e intensidad solidaria que lo hace la sociedad europea.

Seguimos escribiendo nuevos capítulos de esta historia, y la aprobación el pasado 19 de mayo en el pleno de Estrasburgo con el 97% de los votos a favor no es un capítulo cualquiera. El dr. Barnard seguiría gritando de alegría; Dénise Darvall y todos los donantes de órganos estarían orgullosos.

martes, mayo 11, 2010

APRENDER DE LOS ERRORES DE COPENHAGUE

Publicado en REVISTA TEMAS (marzo 2010)




Anda estos días la Unión Europea intentando superar la perplejidad en la que cayó tras los pobres resultados de la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague sobre cambio climático. Y hace bien la UE, porque no debe gastar ni un sólo átomo de su energía política en una pesada digestión de frustraciones y lamentos sobre expectativas no cumplidas. El cambio climático es un hecho, el tiempo apremia, y esta Europa verde y pionera de la última década no puede por más que recuperar el optimismo para seguir trabajando y retomar el liderazgo a escala internacional, hagan lo que hagan los demás, y sin renunciar ni un ápice a su vanguardista paquete de legislación "Energía - Clima".

Lo primero es aprender de los propios errores. Analicemos las debilidades de Copenhague para corregirlas y pasar de los actos de fe a los compromisos reales.

En primer lugar, el fracaso de la Cumbre fue una decepción para la lucha contra el cambio climático, pero también fue una primera derrota del multilateralistmo como forma de entender las relaciones internacionales en ése nuevo orden multipolar. Las negociaciones "de verdad" las llevaron a cabo los Estados Unidos, China, y sus países de interés, a última hora, con cierta nocturnidad y una pizca de alevosía. Barak Obama, ante la atónita mirada de la UE -que jugaba este partido en casa- y la impotencia del Secretario de la ONU para el Clima, Yvo de Boer, sacó la negociación del plenario, resolvió lo que le convenía y, luego, lo anunció al mundo.

Pero, las consecuencias de lo ocurrido en las últimas horas de la Cumbre van más allá de un acuerdo débil en contenidos y feo en las formas. La ruptura del multilateralismo cuestionó la pertinencia de la ONU como foro mundial de toma de decisiones. Obama dejó en evidencia a la ONU, cuando ésta esperaba que fuera el líder de futuras negociaciones. ¿Estuvo a la altura de un Nóbel?...

Admitiendo que la ONU debe evaluar sus formas de gobernanza, el Cambio Climático es un problema que afecta al Planeta, y que, sin negar la debida comprensión a las especificidades de cada uno o a su nivel de desarrollo, no se puede resolver por partes ni a diferentes velocidades. Es por ello que, en todas las negociaciones previas a la nueva Cumbre de México prevista para finales de año, debe quedar claro que las partes aceptan y respetan a esta institución como foro de alcance global para resolver lo que es sin duda un problema de alcance global.

Segundo. La Unión Europea acudió a Copenhague desestructurada, lo que pudo influir tanto en la pérdida temporal de su imagen de pionera en la lucha contra el cambio climático, como en la falta de un acuerdo final de peso. La Unión -qué contrasentido- llegó dividida a Copenhague: algunos países negociaron por su cuenta, de modo que en lugar de hablar con una sola voz, se oyeron demasiados ecos y “egos” en una cacofonía que, quizás, la apartó más aún de los debates.

La solución pasa por volver a lo acordado por el Consejo, ratificado por los 27, puesto negro sobre blanco, firmado, sellado y enviado a la ONU el 31 de enero (plazo fijado en el acuerdo para comunicar los planes nacionales de reducción de emisiones). En el momento de escribir el artículo, parece que los representantes de los Estados Miembros han acordado que la UE asuma en su conjunto una reducción del 20% para el 2020. Y el dato tiene su importancia porque significa que no se van a recibir en la ONU 27 planes nacionales diferentes y descoordinados, sino que Europa vuelve a tener una estrategia común para estabilizar y reducir sus emisiones. El precio a pagar ha sido la llamada "cláusula de condicionalidad", es decir, la rebaja a efectos formales,-que no el abandono-, del objetivo del 30% al que aspiraban la mayoría de los países comunitarios. Dicho de otro modo, la UE se comprometerá a reducir sus emisiones en un 30%, dependiendo de los compromisos que adquieran las otras partes en el marco de un acuerdo global.

Quizás es prematuro decirlo, pero parece que la UE, superada la resaca de Copenhague, ha vuelto a cerrar filas y caminará con un solo paso hacia la cita de México, recuperando un papel de prestigio en las relaciones bilaterales y multilaterales, mientras va implementando su propia legislación sobre clima. Si es así, Europa habrá salido fortalecida.

En tercer lugar, otro aspecto que no puede dejarnos Copenhague en herencia es el de una Cumbre más restrictiva que participativa de cara a la sociedad civil. A pesar de la gran movilización de ONGs y ciudadanos, los líderes mundiales y la misma ONU, acuciados por los problemas organizativos y frustrados por las negociaciones, pecaron de insensibilidad política y no supieron estar a la escucha de los que reclaman un planeta vivo y solidario. El peligro de dar la espalda a la sociedad, no es sólo un problema de pérdida de confianza por parte de ésta hacia sus dirigentes, sino que es algo que roza el descrédito político. La confianza, mal que bien, puede ser recuperada, pero el crédito político es algo que el ciudadano no da fácilmente.

Ante esto, México debe ser la nueva "Cumbre de la Tierra", de toda la Tierra. Hay que recuperar el espíritu de Río, de ésa gran Conferencia y de su Foro Alternativo que en 1992 dieron la oportunidad de hablar a los poderosos, a los no tanto, a los que sufren hambre y sed por las sequías, a los que tienen que huir de sus regiones, a los que quieren crecer siendo respetuosos con el medio ambiente, a los que ven en la lucha contra el cambio climático una oportunidad para hacer negocios...en definitiva, a todos los actores del Planeta que, lo quieran o no, están implicados en un problema común.

Y al hilo de los negocios en el marco de la lucha contra el cambio climático, cabe decir que, en este sentido, Copenhague ha sido otra oportunidad perdida.. Es comprensible que los empresarios nos hayan reprochado que de la Cumbre, vista la ambigüedad del texto final, no haya salido una señal para poder planificar sus inversiones. Por suerte, por la misma inercia del fenómeno y más temprano que tarde, las formas de producción del mundo y los sistemas económicos y financieros tendrán que cambiar.

En el camino a México, hay que aumentar los esfuerzos para que el próximo acuerdo internacional contenga los elementos para conducir al mundo a un modelo de economía eco-eficiente y sostenible. Y, a nivel de la Unión Europea, tal y como dijo la nueva Comisaria de Cambio Climático, Corine Hedegaard, si nos empeñamos en sobreproteger a nuestras industrias contaminantes y obsoletas, perderemos competitividad y nos quedaremos rezagados frente a los que ya están introduciendo, desde el principio de su desarrollo, estructuras de crecimiento sostenible.

No quisiera cerrar este artículo sin hacer referencia a los aspectos matizadamente positivos que arrojó Copenhague. Debemos valorar que ésta ha sido la Cumbre de la ONU con más jefes de Estado de la historia. Cuando todavía algunos siguen negando el cambio climático, más de 190 países lo han marcado en rojo en su agenda. Por otro lado, de Copenhague salió un plan de financiación para ayudar a los países pobres y en desarrollo. Quizás no baste para cubrir sus necesidades, pero es un primer paso hacia una verdadera arquitectura financiera capaz de sustentar nuestros compromisos de solidaridad.

Andrés Perelló
Eurodiputado
Miembro de la Delegación del Parlamento Europeo en la Cumbre de Copenhague