lunes, julio 31, 2006

AFLORARÁ LA VERDAD

(Publicado en Las Provincias 30/07/06)

El más grave accidente de la historia del metro en España ha seguido acaparando el trabajo político y la atención mediática de esta semana. Bueno, mediática según, porque si alguna duda quedaba de la carencia de escrúpulos de quienes dirigen Canal 9, y de su insultante corrupción profesional, esa ha quedado resuelta. Sí, en Canal 9 hay corrupción profesional en algunos de los más destacados manipuladores, a los que confío en que la vida les haga pagar cara la renuncia voluntaria a la dignidad profesional y a la deontología que han llevado a cabo, hasta el extremo de convertirse en esbirros de un poder que cada vez más se parece a un régimen. Sólo de esta manera se puede hablar de quienes, siendo pagados por los ciudadanos de sus impuestos, esconden una manifestación ciudadana que reclama seguridad para todos, informan breve y sesgadamente de lo que está sucediendo en la comisión, mientras ofrecieron una amplia cobertura del hundimiento del túnel del Carmel en Barcelona. ¡Canallas!

Pero siendo eso difícil de soportar, en una sociedad democrática que se dice avanzada y del Siglo XXI, no lo es menos tener que formar parte de la gran maniobra diseñada por la mayoría absoluta del PP, como es la Comisión de Investigación que se desarrolla en la Cortes, a un ritmo tan inaceptable para los que tenemos que trabajar en ella, como increíble para el resto de ciudadanos que asisten asombrados al espectáculo.

Resulta, aún así, asombroso ver los esfuerzos que el PP exige a sus diputados, bueno, a algunos, otros están encantados con recortar la democracia, para que intenten buscar culpables en el tiempo, en el espacio, o lo que es éticamente más imperdonable, en el pobre maquinista muerto. Nunca el silencio de un fallecido cobijó tanta cobardía y tanta irresponsabilidad. La velocidad se ha convertido en una especie de amuleto para quienes no están dispuestos a contestar nada que pueda comprometerles. A la empresa le interesa sobre todo salvarse ella, luego ya veremos.

Al Consell le interesa salvarse de ésta, lo demás importa poco. Y si alguno de los invitados a instancia del PP, se atreve a manifestar tímidamente que pudo ser otra causa, fallo de mantenimiento, por ejemplo, hasta hoy no descartada, o cualquiera que sea, tiembla el misterio, les entra el nerviosismo y reiteran hasta el hartazgo: que han quitado muchos pasos a nivel, que han invertido más que nadie, que la culpa es del maquinista y de nadie más, que la oposición quiere sacar partido político, que a los heridos se les atendió en seguida porque gobierna el PP (¿Que si podrá ser?, Claro que sí, así lo dicen) que son los mejores, pero no son los responsables, ni de eso ni de nada que no sea cortar cintas, estrenar espectáculos o invertir en ocio, en la Antigua Roma, antes de la caída del Imperio ya pasaba algo así.

Aún así, el primer error de cálculo de los estrategas del PP, que tantos disgustos internos les está costando a algunos, fue pensar que la oposición abandonaría la Comisión. Por cierto a qué lumbrera popular se le ocurrió hacer venir a Burriel y a Bresó. ¡Que pena que no llamaran a Felipe González! Bueno, todavía queda para mañana a primera hora el subdelegado del Gobierno, que aunque no sabemos a qué viene, igual tiene algo que decir.

Ha sido un error, porque a pesar de todo, a pesar de que las prisas impiden leer, revisar documentación o analizar, esta comisión puede dejar algunas mínimas verdades al descubierto. Algunas ya están a la vista: se ha invertido tarde y mal, no se han detectado riesgos que se han demostrado graves y posibles, hay carencias de trenes, mantenimiento y seguridad insostenibles… y todavía no hemos acabado. Si nos vamos de vacaciones en esta página, no dejen de leer el periódico, la cosa promete.

miércoles, julio 26, 2006

PIDO PERDON

(Publicado en Las Provincias 24/07706)

Camps no puede pedir perdón, pesan más los intereses electorales, el miedo a ser relevado del poder, el cierre de filas de su partido ante el temor a que la ciudadanía pueda despertar del letargo de la propaganda y darse cuenta de que, ni la vida, ni la política, son sólo mera fantasía, meros actos de grandeza inaugural y de publicidad sin contenido.

Camps debería pedir perdón: por el trato que su partido está dando, en Les Corts, a la tragedia del 3 de julio en el metro, por la obscenidad de su silencio, por la manipulación, está vez al límite del asco, que sigue haciendo Canal 9 con esta cuestión, por el uso perverso de la mayoría absoluta, por usar los votos conseguidos desde la buena fe de lo electores, para engañar a todos, a los que le votaron y a los que no lo hicieron…

Yo lo pido, en mi nombre y, si el president me lo permite, en el suyo. No me creo que no le haga falta alguna vez ser perdonado para poder seguir viviendo tranquilo. No pediría jamás el voto para él porque sé para que lo usa, pero puedo pedir perdón también en su nombre.

Por mi parte, lo pido porque durante la semana que viene voy a participar junto con mi grupo en una simulación de investigación que supone una falta de respeto a las víctimas de la tragedia del metro, una estafa a los ciudadanos, y una imagen deplorable de la política. Tenemos que ser parte, contraria, pero parte, en una de las manifestaciones mas pervertidas de la política, la que resulta de usar la mayoría absoluta para defender al poder frente a la razón de quienes lo sostienen con sus impuestos. Pero tenemos que hacerlo. Abandonar esa comisión sería dar la razón a los que la han montado para fingir que se investiga, cuando, con los tiempos, las herramientas y los procedimientos que se han dado, es imposible llegar a ninguna conclusión que se pueda sostener. Participamos de esta comisión porque no tenemos suficientes votos para que haya otra distinta, para que nuestra posición de llegar hasta el final en las causas, en las medidas de futuro para evitar nuevas tragedias, y en las responsabilidades políticas pueda realizarse.

Los votos mayoritarios los tiene el PP y se siente avalado por todos los que en su día le votaron. Así, son los votantes, según el PP, quienes avalan que en cuatro días de comparecencias seguidas y ocho horas hábiles se llegue a redactar unas conclusiones que puedan ser calificadas de sinceras y exhaustivas en su análisis y su propuesta. Esa es la perversión política de la democracia que hace que los ciudadanos, del pensamiento que sean, lleguen a abominar de la política y de los políticos. Esa es la causa de que algunos pidamos perdón por tener que estar ahí con la impotencia que supone no tener votos suficientes para poder demostrar que se puede hacer de otra manera, más respetuosa con los afectados y con toda la ciudadanía.

Hemos concluido una semana en la que Camps ha permitido a su grupo ejecutar una de las decisiones más vergonzosas de la democracia valenciana: tener la comisión de investigación más corta y con menos garantías democráticas, para investigar el accidente de metro más grande y grave de la historia de España. Y vamos a empezar otra en la que se va a materializar esa vergüenza, sin que el presidente de todos los valencianos manifieste desacuerdo con que su grupo sea incapaz de cumplir ni la totalidad del plazo que Les Corts aprobaron con el único voto del PP.

Cuando un presidente es incapaz de cumplir lo que él mismo propone, no es digno de seguir gobernando los destinos de un Pueblo que ha confiado en él. Que los valencianos os perdonen, pero que las urnas os lo reprochen como merecéis.

lunes, julio 17, 2006

SILENCIO OBSCENO

(Publicado en Las Provincias 16/07/06)

Tenemos la mayor tragedia del metro de España, la cuarta del mundo. Y en el Consell no se sienten responsables. Nadie dimite.

Ferrocarrils de la Generalitat instala medidas de seguridad, sin hacer falta, dicen que las ponen por que hay una alarma social generada por terceros. ¿Ahora se llama terceros a 43 muertos? Y lo peor de todo. Lo más inaceptable, lo más obsceno de todo: un presidente que, como quien se niega a admitir la pérdida de un ser querido, no hace suya la tragedia. Un presidente que no ha tenido una palabra que decir a los valencianos, que ha tenido el aguante de estar en un pleno de Les Corts, mudo, inmóvil. Como esperando que pase todo pronto, por eso ha ordenado que finalice con rapidez la investigación.

Un presidente que evidencia querer estar más cerca del cielo que de la tierra. Que en una semana se ha fotografiado con obispos, arzobispos, cardenales y con el Papa, que ha tenido tiempo y palabras para comparecer junto al arzobispo de Valencia para valorar, con cara de estar entrando en éxtasis, la visita del Santo Padre. Pero que no tiene nada que decir a los valencianos sobre la tragedia de Jesús.

Rehúye a los periodistas, comparece y no permite preguntas, se ausenta de les Corts a hurtadillas. Lo sucedido no va con él. No cabe mayor muestra de irresponsabilidad en unos momentos, y ante una tragedia, que si algo requieren es de la presencia y las palabras de, quien por ser quien es, representa a todos los valencianos. A mí también, aunque no le haya votado nunca, ni piense hacerlo, lo cual en estos momentos es un alivio para mí, porque de haberlo hecho, sentiría en mi conciencia una mezcla de decepción y complicidad con una conducta que se puede calificar de cualquier cosa menos de decente.

En estos tres años se le ha visto poniendo primeras piedras, inaugurando palacios de ópera, anunciando ágoras y esferas armilares, anunciando planes y megaproyectos rodeado de fotógrafos y de las cámaras del régimen, Canal 9. Pero ahora no, ni la semana pasada, en que la ciudad hubo de combinar las mayores cotas de dolor jamás sufridas, con las más inmensas de santidad, ni en la semana que hoy acaba, en la que opinión pública y parlamento se debaten sobre algo tan gordo como lo que ha ocurrido en el metro, el presidente tiene nada que decir.

Sus estrategas de imagen le han dicho que no es bueno que su cara se asocie a la tragedia. Y él, que está obsesionado, sin quererlo aparentar, con la imagen y la estrategia, ha hecho caso. No hay presidente en presencia. Lo manda la estrategia. La cara sólo se pone en las fotos de las alfombras rojas del estreno del Tirant lo Blanch, o el Palau de les Arts, o decenas de actos sociales más. Menos mal que el Palau ya está inaugurado. Muchos no irán nunca a la ópera, pero les cabe la seguridad de que si fallecen en una tragedia, por la causa que sea, tendrán un recinto con la dignidad suficiente para que alguien interprete para ellos un réquiem en condiciones acústicas idóneas.

¡Que barbaridad presidente! Que cuando el pueblo necesita responsabilidad y consuelo, tú le obsequies estrategia y un obsceno silencio. Si yo tengo decepción y desengaño como valenciano, sin haberte votado, qué sentirán quienes lo hicieron de buena fe, y confiados en que estarías siempre dando la cara. En las alfombras rojas de las inauguraciones, y en las causas que provocan crespones negros. ¡Que equivocados estaban, Presidente! Lo tuyo son solo las alfombras rojas, por eso has invertido tanto en grandes proyectos, que han dejado tantas cosas bajo las alfombras, y tan poco en otras cosas más necesarias.

Que el señor en el que tú crees te perdone, yo no puedo hacerlo.

domingo, julio 09, 2006

CRONICA DE UNA SEMANA NEGRA

(Publicado en Las Provincias 9/07/06)


Todo fue vertiginoso y todo pudo evitarse: un metro vuelca y siega como una guadaña la vida de 42 valencianas y valencianos. Un operativo de emergencias en marcha. Gracias, enfermeras, médicos, bomberos, policías, auxiliares, forenses, conductores, voluntarios… y tantos valencianos de bien que sin necesidad de preguntarse dónde está Dios, saben donde han de estar cuando sus semejantes los necesitan. Familias que buscan a sus seres queridos sin encontrarlos, algunas no los encontrarán jamás con vida. “Accidente fortuito”, primera definición del Consell. Fortuito como todos los accidentes, para poder merecer este nombre. Un descarrilamiento atípico, otro calificativo, como si descarrilar fuera típico. Mucha tensión, sirenas, nervios desatados, familias rotas, valencianas y valencianos enmudecidos. Esta vez, tener lo más grande no nos produce delirio de grandeza. El aldabonazo de dolor tan grande nos hace bajar la cabeza. ¡Ojalá! que antes de que nuestra mirada llegue al suelo, nos permita ver la realidad que nos están construyendo.

Sigue la tensión, cae la tarde, la noticia da la vuelta al mundo, a nivel planetario” llega a decir Canal 9. Hasta aquí llega la obsesión propagandística, después de haber sido los últimos en informar, y seguir emitiendo una telenovela mientras otras cadenas emitían en directo. ¿Dónde estaba Motes? Cae la audiencia en Canal 9, le falta crédito, se lo han esquilmado entre cuatro canallas que han renunciado a la ética de su profesión por tener una mejor posición social. ¿Lo sabrá el Papa?

El Papa hacía maletas, pero hubo de detenerse a orar. Cada uno a lo suyo, cumple su obligación. Cae la noche, su oscuridad será un luto muy largo para muchos, demasiado largo, demasiado injusto, demasiado luto. El Consell busca culpables, en la caja negra, o en el túnel del tiempo, tanto da. Tiene que aparecer un “otro” que sea culpable. ¿Y, responsable? Sencillamente, nadie. Ocupados con los que se atormentan por la deriva sexual de la sociedad, se olvidaron de la ética de la responsabilidad. Banderas a media hasta, el luto impregnado en el amarillo y blanco de algunos balcones; otros no le esperan, pero también lloran, ya lloraban de rabia contendia ante la hipocresía. Mientras tanto la fe se muestra por las calles. La fe, la que se debería vivir, pero no exhibir. Y habla la caja negra. Un fallo humano. ¿Puede la seguridad colectiva de quiénes viajan en metro estar al albur de un fallo humano? Designios del Señor, o del destino, que son vecinos. Cuestión de prioridad, para quienes creemos que el don del libre albedrío se manifiesta a través de las ideas y se materializa en acciones ordenadas por prioridades, la política es eso, no, hacer fotos inagotables y propaganda a diario. Y mientras tanto un funeral precipitado, por todas las víctimas, incluso por las aún no identificadas. ¿A quién le dieron el pésame los Reyes? Cardenales, Obispos y Arzobispos, uno llega con un coche de altísima gama, dicen que es colombiano, autoridades enlutadas, abucheos para alguno ¡Qué impropio del momento y del lugar! A Rajoy le gritan presidente, él saluda mano en alto, más impropio aún que lo de antes. El Arzobispo de Valencia inicia un aplauso desde el altar tras la lectura de una carta doliente del Papa. ¿Qué nos está pasando?

Lo que pasa y lo que ha pasado no es cuestión de Dios, es cuestión de los hombres y mujeres que asumen voluntariamente responsabilidades públicas. El Consell ha de salir de su autismo de poder absoluto. Las prioridades de gobierno se han manifestado injustas. Los valencianos hemos de reflexionar sobre nuestra realidad, sobre si queremos seguir viviendo en la grandilocuencia, o en la seguridad, la austeridad y el progreso razonable y sostenible, que nos permita evitar lo previsible.

De esta noche sólo se amanece desde la reflexión, la responsabilidad y el cambio de rumbo. Descansen en Paz.

martes, julio 04, 2006

ESTRUENDO DE SILENCIO

(Publicado en Las Provincias 2/07/06)

El silencio suele en ocasiones hacer un estruendoso ruido. En nuestra Comunidad hay un silencio elocuente que produce un ruido infernal y suena a irresponsabilidad, el silencio del Consell.

Esta semana ha sido una muestra. El Consell, con su Presidente a la cabeza y el PP, se ha recogido en el silencio. ¿Algo que ver con la llegada del Santo Padre? Ni pensarlo. Ha tenido que ver con la falta de respuesta ante el escándalo de Terra Mítica, tantas veces negado, tantas veces ocultado, y ahora confirmado en sus peores presunciones. Y ahora dice Camps que tan pronto como se levante la suspensión de pagos retirará el dinero público. Pero ¿Quedará dinero para retirar? ¡A buenas horas! Si se hubiera investigado en las Cortes en vez de negar esa posibilidad decenas de veces, ahora no tendríamos que vernos en esta vergonzante situación. ¿Hay algún responsable por ahí? No, hay silencio. Un denso y ensordecedor silencio. Como lo hay en el escándalo del IVEX. ¿Se acuerdan lo que hubo que oír cuando se pidieron cuentas al IVEX y se advirtió que no era decente pagar en paraísos fiscales? Una nueva negativa a investigar, a que las Cortes cumplan su función fiscalizadora, y un escandalazo de los que hacen época. Y de nuevo el silencio.

Camps, su Consell y su partido parecen dopados con una dosis se somnífero de la felicidad que les impide ver los errores, que les coloca en la idílica visión de que de nuevo tendrán mayoría absoluta. Para qué ¿Para hacer lo mismo que con la actual: cerrar puertas, pagar despilfarros, no perseguir los delitos de corrupción y endeudarnos como nunca lo estuvimos? No, por favor, ya hemos tenido bastante con tres botones de muestra. Han sido tres mayorías absolutas las que nos han colocado donde estamos. Esta Comunidad no podría soportar tantos dislate y tantos silencios.

La callada por respuesta se ha impuesto también en la cuestión del dopaje en el ciclismo, que tanto daño ha hecho al deporte, a los deportistas y a la imagen de la Comunidad. ¿Alguien puede pensar que, si el conseller Font de Mora fuera portavoz de la oposición, estaría tan callado como está ante una cuestión tan grave como esta? Los que le conocemos algo podemos asegurar que no.

Por eso le hemos pedido esta semana que actúe, que pida responsabilidades y ceses, o que dimita él. No se puede estar callado cuando el nombre de la Comunidad se está asociando a la trampa, la droga y el dopaje, y encima pagar todo ello con dinero público. Si no actúa y tampoco parece que quiera hacerlo Camps, no habrá duda de quienes serán los responsables políticos.

Y para disfrazar estos silencios, un grito viejo con impulso nuevo: el Trasvase del Ebro. Cada vez que el PP se ve en apuros electorales, tal y como indican las encuestas, o se acumulan los problemas, se desentierra el Trasvase. Pero no cuentan que el PP de Aragón dice: “no le daremos a los valencianos agua ni para la paella” y que el PP de Castilla la Mancha está pidiendo el blindaje del Tajo y una fecha de caducidad al Trasvase Tajo Segura”.

Todo un ejercicio de cinismo, de impudicia electoral que, a cambio de que el PP intente sacar partido electoral del problema, a los valencianos nos provoca ansiedad, enfrentamientos vecinales y crispación social. Bonita forma de usar el gobierno y los medios de comunicación al servicio del poder.

Algunos deberían aprovechar la visita del Santo Padre para pedirle una confesión al más alto nivel, que les proporcione perdón por el rosario de mentiras que nos entonan cada día, en buena medida pagado con el dinero de todos. Pero el Papa no tendrá tiempo para esos menesteres.

Tendrán que ser las urnas las que pongan la penitencia a los que mienten tanto si hablan como si guardan silencio.