viernes, mayo 26, 2006

Una Santidad para otra realidad

Leo, y veo en la televisión, que con la llegada del Papa a Polonia la televisión pública ha dejado de emitir anuncios de ropa interior, de alcohol y de preservativos. Aquí, en Valencia, se ha advertido a los kiosqueros que deberán retirar las revistas y publicaciones pornógraficas o que exhiban desnudos, Interviu incluida. O sea, hay que fabricar una realidad distinta a la que es frecuente al común de los mortales a lo largo de todo el año. O lo que es igual, hay visitas, concepciones de la vida y de las libertades que cada día demuestran que son menos compatibles con la realidad que, mejor o peor, las soicedades hemos de administrar, vivir y a veces sufrir. Si de esta manera se resuelve la mala vista que a algunos les producen estas escenas, y prolongando la acción, podríamos hacer lo que Jesús Gil puso de moda en Marbella: limpiar las calles de mendigos y pedigüenos, para llenarlas después, claro, de delincuentes de cuello blanco, que se notan menos y gastan más. O podemos esconder a los que pasan hambre y mueren en todo el Mundo y ¡zás! el problema ha dejado de existir. ¿O no es eso lo que han hecho toda la vida las altas jeraquías eclesiásticas cuando una mujer, por ejemplo, ha ido al confesionario a decir que el marido la maltrataba? Resignación hermana, no des escándalos, aguanta, hazlo por tus hijos, el Señor aprieta pero no ahoga...era siempre la respuesta. La verdad es que cuando veo que por más que avance la Humanidad, algunos e empeñan en vivir de las apariencias y practicar la doble moral
me desespero un tanto. ¿Hasta cuando algunos estarán a Dios rogando y con el mazo dando?