miércoles, noviembre 07, 2007

Una opinión sobre la actualidad del PSPV para los que me la piden.

Quienes se preguntan si tengo opinión sobre la situación actual del PSPV saben que, efectivamente, sí la tengo. Me resulta más dificil opinar sobre física cuántica o los agujeros negros del espacio... pero sobre el PSPV ni es dificil opinar, ni es una entidad abstracta sobre la que cueste opinar. En tanto que organización politica, publica, e instrumento de los progresistas para cambiar la sociedad y evitar los desmanes y las desigualdades que procura el egoismo exhacerbado de las derechas, está sujeto a la opinión pública y a la crítica.

Resumiendo:

La creación de cualquier Gestora es una respuesta a una situación irregular y por tanto es una solución excepcional, reglamentaria, desde luego, que responde a un "infrecuente político".
Quienes ocupan reponsabilidades en una Gestora, yo las he ocupado en una ocasión, saben que tienen una legitimidad delegada y temporal por cuanto no han recibido el respaldo directo de los afiliados en un Congreso.
A partir de ahí, sus miembros deben ser consciente de que han de proceder de la manera más transparente, más dialogada y más imparcial prosible.
Que pueden producirse tentaciones sectarias que supongan una involución en el grado de pluralismo conseguido hasta hoy, desde 1997, es una desagradable posibilidad. En la actual Gestora hay tanto personas que no han creido nunca en el plurlismo interno como otras que lo han defendido y lo seguirán defendiendo por coherencia con su concepción de la polticia y del partido. El comporamiento de cada uno dará de sí lo que tenga que dar. Yo, a priori, confio en todas ellas.

Personalmente combatiré, si remotamente llegara el caso, todos los comportamientos que puedan tener visos de sectarismo. No hemos andado desde 1997 hasta aquí, para ahora tirar por la borda los avances conseguidos que, aunque ahora parezcan diluidos, son muchos, y con el tiempo volverán a manifestarse en toda su plenitud.

Lamento que la Gestora, además, se dé en las circunstancias que se ha dado. Ni el partido lo merecía, ni Ignasi Pla tampoco. Con independencia de los errores que se le puedan achacar en el asunto que ha provocado su dimisión, o en otros, lo cierto es que: ya había anunciado que no se iba a volver a presentar, que, acertada o no, hubo una decisión del Comité Nacional del PSPV que determinó que no se iba a dar un proceso congresual extraoridnario, y en eso se estaba. Y que, más allá de los reproches o de otros análisis más profundos que se puedan hacer, lo que es evidente es que Pla aceptó y practicó el pluralismo y creyó que la iniciativa política desde el pluralismo es posible. Nadie estuvo sin poder opinar o estar representado en la dirección del partido. En lo que se refiere a la composición de la Gestora quizá, a priori, no podemos decir hoy lo mismo.

Y dicho esto, considero que el objetivo ahora es ganar las elecciones generales, que no es poco, contando con todos los que pueden, o podemos, aportar algo, y después preparar un Congreso Ordinario que nos dé una dirección legitima, plural y lo más preparada posible, para afrontar las elecciones de 2011 con posibilidades de victoria; falta le hace a nuesta Comunidad.

Si la Gestora consigue hacerlo así habrá cumplido con éxito su misión. Si da muestras de tener otras tentaciones, se equivocará, logrará aglutinar un frente contra ella, y no habremos avanzado nada, auqnue algunos crean que han recuperado alguna parcela que consideraban perdida.

A estas alturas de siglo, y con los años de partido que lleva la mayoría de nuestros militantes y la experiencia institucional que muchos tenemos, no tener amplitud de miras, no arriesgar a hacer de este partido el mejor insrumento de la izquierda para dar una alternativa a los problemas de los ciudadanos y a los que genera la derecha, sería un error que nos costaría muy caro. Que nadie se equivoque, los militantes de este partido quieren sentirse consultados, útiles a la organización, y no están muy dispuestos ya a aceptar decisiones tomadas en cenáculos o imposiciones de jefes de clan. No podemos aceptar en nuestro partido lo que rechazamos en la sociedad cuando lo hacen otros, la derecha del PP por ejemplo.

Y a los que hasta ahora no son más que compañeros que han manifestado sus aspiraciones de ser candidatos a Secretario General, él día que las norma internas lo establezcan, solo dos recomendaciones: que se olviden de lo suyo y se pongan en lo de todos, las elecciones generales, y no tengan prisa, cuando se abra el plazo tiempo tendrán de decir lo piensan y como piensan seducir a los afiliados para que les confien la maxima responsabilidad de nuestro partido, porque hasta hoy, la verdad es que no han dado demasiadas muestras claras de lo que quieren como aspirantes a candidatos en su día. Ser candidato, y luego resultar elegido, es algo más que una cuestión de bilología o de tener más o menos amistades. Hay que manifestar que se tiene una propuesta para el partido, un equipo competente, una trayectoria personal que avale lo que se dice, y capacidad reconocida para aceptar y afrontar todas las exigencias que la democracia y la izquierda plantean: tolerancia, voluntad de respetar el pluralismo, capacidad para proponer y para sostener lo que se dice y una honestidad basada en una ética con exigencia en lo politico y en lo económica, y quizás algunas otras, pero creo suficiente con estos y con lo escrito hasta aquí, para que los que me reclamabais una opinión o los que decíais que estaba callado porque estoy en el Senado, tengais una evidencia de que no es así.
Después de 30 años en la militancia politica diaria, que alguno crea que el Senado es un lugar para comprar silencios me da risa, porque si lo tomo en serio me daría pena por las pocas luces que tienen esos planteamientos.
Un Saludo.