lunes, mayo 08, 2006

NO DEBIAN ESTAR ALLI

(Publicado en Las Provincias 7/05/06)
Dicen que la distancia relativiza la visión de los acontecimientos. Pero estoy siguiendo los acontecimientos de la semana en nuestra Comunitat Valenciana mientras comparto mi tiempo con la asistencia al Foro Social Europeo, que se clausura hoy en la capital de Grecia, Atenas, y ni aún así, puedo relativizar la actitud de Francisco Camps respecto a lo acontecido en la residencia San Lorenzo de Brindis de Massamagrell en la que perdieron la vida cinco personas tras un trágico incendio ocurrido a finales de marzo.

Se mire como se mire nunca debieron estar allí. Es la única realidad incontestable, y por duro que pueda parecer cuando se es el responsable máximo de la política de un Estado o, como es el caso, de una comunidad autónoma, hay que asumirlo.

Asumirlo es más o menos fácil según la capacidad que se tiene, la voluntad, o los escrúpulos políticos y democráticos de los que uno es poseedor.

En el caso de Francisco Camps, el pasado jueves ante el pleno de Les Corts Valencianes –que celebró la sesión de control–, y según transmite la prensa valenciana y me cuentan mis fuentes, se volvió a dar una muestra de agotamiento político y gubernamental que me lleva a la conclusión de que ni los internos no debían estar en una residencia que oficialmente podía carecer de requisitos básicos que están en la base de la responsabilidad del que gobierna, ni Francisco Camps debe estar por mucho más tiempo en el Gobierno valenciano porque él y su equipo hace tiempo que carecen de los requisitos básicos para el buen gobierno: responsabilidad, capacidad, humildad, transparencia y respeto a Les Corts y a la oposición.

¡A los treinta y cinco días del trágico acontecimiento no se puede venir al Parlamento de todos los valencianos a decir que se sufrió mucho la noche de autos! ¡Faltaría mas!

Antes debería haber comparecido, y aún asumiendo que fue un accidente, pero también, que hay responsabilidad por el tipo de internos que se esta tutelando en falta de legalidad. Está claro que se debieron depurar responsabilidades políticas tras el suceso ocurrido en la localidad de l’Horta Nord.

Todo menos recurrir, una vez más, al insulto gratuito al líder de la oposición, Ignasi Pla. Esa actitud, la falta de transparencia, la manipulación, cada vez más insoportable, de la televisión pública y el enroque en todo lo referido a las cuentas públicas de la Generalitat, son las evidencias más claras de que está agotado el proyecto del Consell, el que lo dirige y el partido que lo soporta, el PP.

Sobran signos de decadencia. La prueba de que ser más humilde y atender las recomendaciones, siquiera sea algunas veces, de la oposición es recomendable. Un ejemplo lo tuvo el presidente Francisco Camps el mismísimo jueves durante la sesión de control.

No habían dejado de sonar los ecos de la discusión parlamentaria de la sesión de control en el hemiciclo referida al acontecimiento de Massamagrell y tenía un nuevo incendio en una residencia, esta vez en Utiel. ¿Se critica por criticar?

Le pediría al presidente de nuestra Comunitat un poco de reflexión y un mucho de humildad, pero no me siento con fuerza para hacerlo, porque me parece un abuso de oposición pedirle algo de tanta envergadura moral y política, a quien manifiesta cansancio, se irrita soberanamente cuando le critican desde los bancos de la oposición, y no está dispuesto ni a asumir una crítica, ni a ser transparente, ni a escuchar ninguna recomendación que no venga de lo más íntimo del Palau de la Generalitat y de su entorno político mas próximo.

Él tampoco debería, ya, estar ahí.